El suelo industrial supera los 20 millones de metros cuadrados
La provincia dispone de terreno y «está en buena disposición» para captar inversiones, según el presidente de Zincaman, que trabaja «para un crecimiento conjunto y que ninguna zona se quede atrás»
La Asociación Regional de Zonas Industriales de Castilla-La Mancha (Zincaman), con la colaboración de la Diputación de Albacete, ha tomado el relevo de la Administración regional en la provincia de Albacete para elaborar un mapa lo más pormenorizado posible del suelo industrial disponible en el territorio albacetense.
Ese trabajo, concretado en un convenio anual y denominado Proyecto para la dinamización de zonas industriales de la Provincia de Albacete (Prodizipa) ha permitido cifrar en casi 21 millones de metros cuadrados la superficie clasificada como tal, en zonas ya desarrolladas para la instalación de empresas o clasificadas para ello (un total de 47 polígonos, distribuidos en 27 términos municipales). Además de un dossier con numerosa información y un análisis socio-económico provincial, el proyecto permite consultar, a través de una página web, diversa información sobre cada una de esas zonas, como datos generales y de contacto, el estado de sus infraestructuras o una categorización, que las divide en básicas, medias o avanzadas.
De todo ese suelo industrial, aproximadamente una cuarta parte podría estar disponible, de acuerdo a la consulta a distintas fuentes. El Mapa Regional de la Junta, cuya última actualización corresponde a 2018, lo cifraba entonces en unos 4,5 millones de metros cuadrados, aunque han sido muchos los cambios desde entonces, con la apertura de nuevas zonas y la instalación de empresas en terrenos que aún no estaban ocupados entonces.
Según detalla Santos Prieto, presidente de Zincaman, el próximo paso del proyecto, a través del nuevo convenio, «será para analizar los datos y elaborar un mapa provincial con el suelo vacante de cada territorio y todo sus detalles, con el objetivo final de atraer inversiones». «Hasta ahora hemos hecho un diagnóstico de la situación y ahora queremos catalogarlo para que el inversor focalice y sepa de antemano qué zona le da los servicios que necesita, sean comunicaciones, agua o el tipo de energía».
«La colaboración va muy bien, el arranque ha sido fuerte, porque se ha debido hacer mucho trabajo de recogida de datos, en el que todos los ayuntamientos han colaborado porque se nota que han creído en el proyecto desde el principio y también queremos ofrecer asesoramiento a cada uno de ellos, trasladando lo que creemos que le puede beneficiar para cumplir su objetivo», relataba Prieto, remarcando que «Prodizipa es pionero en España y queremos exportarlo».
Según detalla el presidente de Zincaman, el proyecto parte del convencimiento de que «las zonas industriales son el principal motor económico de muchas zonas» de la provincia y la constatación de que, según explicaba el presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, en su presentación «el 50% del PIB en España se produce en las áreas industriales», mientras que Prieto destacaba que «en periodos de recesión, las localidades que poseen una zona industrial consolidada, sufren en un 5% menos los efectos de la crisis». Por ello, comprobado también el desarrollo desigual de las comarcas, se busca «un crecimiento conjunto para que ninguna zona se quede atrás» con la misión final de «establecer una política industrial que conduzca hacia la reducción de las desigualdades territoriales».«Casi el 50% de esos polígonos están en la capital, algo normal porque también cerca del mismo porcentaje de la población está ahí», señala Prieto, añadiendo que «el objetivo es que el crecimiento de los polígonos más grandes no vaya en contra de que haya industria en las zonas rurales».
Para ello, según el presidente de Zincaman, «estamos en buena disposición». «Albacete tiene muy buena infraestructura de carreteras y, en materia de comunicaciones, la Junta ha invertido mucho dinero para dotar de fibra óptica a polígonos de la región, algunos de ellos en la provincia», aseguraba, apuntando a que «estamos preparados, pero la segunda cuestión es cómo dinamizar esas zonas y saber qué nos falta ofrecer a las empresas para que se decidan por esta provincia en lugar de otra y eso ya depende de cada municipio. Al catalogar los polígonos, no queremos dividirlos en los de primera, segunda y tercera, sino presentarlos como diferentes ofertas para diferentes demandas, de forma que sean más atractivos».
Esa afirmación lleva a preguntar por los conocidos casos de polígonos construidos hace décadas y que continúan vacíos. «Ahí estoy muy de acuerdo con lo que expresó Santiago Cabañero. El error que se cometió fue pensar que todos los pueblos debían tener un polígono industrial, sin tener en cuenta que después había que llenarlo», explica Prieto, añadiendo que «hay que facilitar esas otras fórmulas para que se instalen, aunque no haya una zona industrial propiamente dicha». «Además, gracias a la mejora de las comunicaciones, también sabemos que están manteniendo mejor la población las localidades que tienen un polígono industrial cercano, a una distancia que permita a los trabajadores ir y volver en un tiempo corto, mientras siguen viviendo en su pueblo», señalaba, recordando una idea ya expresada en un congreso de Zincaman: «al vecino que se quiere ir porque busca otra vida, le dará igual que le pongas una fábrica al lado, pero hay otros que quieren seguir allí y lo que buscamos es que estos tengan motivos para hacerlo».